Generaciones (1º Parte)

Y aunque es el mismo nombre, pero no tiene nada que ver con ninguna temporada de “Héroes”, hoy he recibido por mail (entre otras muchas cosas) uno de estos correos que escribe alguien cuya infancia fue estupenda e idílica en los ochenta, ya fuese principio o mitad de los mismos, alguien que ahora debe tener la edad de aquell@s que soléis pasar por aquí y postear, con algunas excepciones claro, pero en líneas generales rondamos esa franja de edad, vimos los interminables capítulos de Oliver y Benji, tomábamos Tang en las meriendas seguido de un vaso de leche y un bollicao antes de irnos a jugar a la calle, íbamos a la piscina por la mañana si habíamos hecho los cuadernillos que los profesores recomendaban para el verano y todas esas cosas de las que suelen estar llenos estos correos que nos hacen recordar la infancia-inicios de adolescencia con esa lagrimilla en la comisura de los ojos y nos hace imaginarnos con la pose de héroe de comic.

Ya nos vale.

Somos la generación de los últimos ramalazos del BUP y los que soportamos los primeros ataques de eso que quisieron llamar ESO, bajando la calidad del estudio para que las “idiotizadas” generaciones posteriores pudiesen seguir el ritmo, sin embargo ahí estáis much@s de vosotr@s con vuestras carreras terminadas y currando como campeones.

Somos la generación de la tara sentimental, al igual que los que vienen en la generación anterior fueron la del divorcio/separación con niños (ya hablare de ello en otro momento) nosotros somos la generación de la tara sentimental, haciendo baremo (una vez mas y analizando todos los datos que tengo al alcance que no son pocos) son poc@s l@s que tienen nuestra edad y no acarrean alguna movida generada por confiar en el “amor verdadero” que expiraba el Pirata Robert en “la princesa prometida” ; algún trauma causado por una pareja de la que de alguna forma hemos recibido algún tipo de mal trato (no quiero profundizar en este post acerca de este tema y os pido lo mismo); o el que mejor librado puede salir que aun este pagando algo comprado “entre los dos” para que después por ser demasiado bueno hemos perdido; eso sin hablar de aquell@s que se compraron la casa juntos poniéndola a nombre de uno de los dos por temas de hacienda y demás asuntos legales para encontrarse un día al llegar antes a casa a tu amorcito en la cama con el/la vecin@; y mejor no hablemos de aquellas parejas que se van a vivir juntos al tener problemas con l@s respectiv@s suegr@s y mandar a freír puñetas a toda la familia (abuelas taquicardias incluidas) y después se han dado cuenta que el sueño no era tal y que había mas humo que realidad en todo aquello; creo que estadísticamente hablando podríamos contar un 50% de alguno de los casos señalados arriba, otra cosa es que por H o por B no nos digan nada (para ser sinceros debe dar vergüenza decir que se están pagando los muebles de una casa que esta disfrutando tu expareja con su actual pareja) puede que haya mas casos, muchos mas matices, pero también hay casos en los que se dan todos a la vez.

La ostia en vinagre.

Con historiales como estos, es normal que encontremos que la natalidad este bajando brutalmente entre la población nativa del país y aumentando a limites insospechados entre esas familias que vienen buscando un sueño y deciden que sus hijos no natos deben compartirlo, entre otras cosas porque para algo trabajan, me parece cojonudo (pero este es otro tema en el cual tampoco quiero profundizar)

Sin embargo analizo y pienso, me examino a mi mismo y al resto los congéneres de ambos sexos con los cuales gusto de compartir mi tiempo libre, jóvenes, trabajadores, con espíritu emprendedor, las ideas claras (en su mayor parte) , la mayoría físicamente sanos, mas o menos atractiv@s es otra cuestión, económicamente capaces y cerrados sentimentalmente!

No nos fiamos de nuestr@s “oponentes” del sexo contrario, en la mayoría de los casos por estas “curiosas anécdotas” que pueden traernos cola después de demasiado tiempo, dejando en muchos casos huellas tan profundas que nos marcan para siempre.

Podría decirse (en líneas muy generales) que tod@s l@s que tenemos entre ventimuchos y treinta y pocos, y seguimos solter@s, tenemos algún tipo de tara en el aspecto sentimental, quien mas suerte tiene es quien ha pasado diez años con una sola pareja y la cosa se fue a pique por alguno de los motivos señalados arriba (o por otros aun mas serios), hay otros que han ido de mal en peor, hasta acabar hastiado de las relaciones sentimentales con el sexo opuesto, pudiendo crear (volvemos a generalizar) dos tipos de personas, aquellas que van rompiendo corazones al no creer en algo que les fue arrebatado y l@s que no se fían ni de su padre, quieren avanzar con mucha cautela, pero cuando se emocionan al final acaban por automutilarse de nuevo el cuore (por desgracia me encuentro entre estos últimos).

Desconozco cual es el factor humano, ambiental o alimenticio que hace a la persona de esta franja de edad hacer daño consciente o inconscientemente a su pareja, ¿donde esta el marcador que indica la mala baba que pueda tener una persona? He visto (y vivido) casos que son para quedarse patidifus@ (o para mear y no echar ni gota como dicen en mi pueblo) de las atrocidades sentimentales que se pueden cometer, con lo fácil que es (como llevo diciendo desde que abrí este blog) decir las cosas claras y a la cara, dejando claras las intenciones de cada cual y marcando la línea de puntos que no se recomienda pasar y hablo únicamente de mi/nuestra generación porque de las anteriores y de las posteriores hablare en otros posts.

Gracias por leer esto, recuerda que si no se lo mandas a todos tus contactos del Messenger la niña Bielorusa de debajo de tu cama vendrá y se llevara tu alma al fondo del pozo con Asakawa.

Lo siento, tenia que hacer el chiste fácil ;)