martes, 28 de mayo de 2013

Retroalimentación



Ejem,ejem


Probando, probando 


(Antonio ajusta aquel altavoz que se acopla un poco)


Buenas tardes a todos,


Sé que últimamente no os dejo por aquí letra alguna, también es que tenemos el Blog a dieta, entre yo que no le doy vidilla por falta de tiempo y vosotros que no le echáis de comer con vuestros comentarios, el pobre mío va a poder desfilar en Cibeles en la colección "Un saquito de huesos 2013".

Pero no por ello lo olvido, au contraire, le doy más uso que nunca, al menos a una de las finalidades que tiene, el recordarme a mí mismo de dónde vengo, porque la meta (al menos la que depende de las Tres Ruedas) es clara, lo que pase por el camino y las personas que "vienen y van" (como diría Fito), el tiempo (hasta ahora) nos ha demostrado (a vosotr@s mis lectores/as y a mi) que pueden pasar de constantes a variables derivables de un día a otro.

Podría hablaros de que sucedió con aquella "licántropa" de ojos azules, que resultó ser de otra raza distinta aunque parecida a la lupina, podría contaros el origen del olor que me "guio" hasta ella, pero eso lo dejo para el otro blog, ya que al igual que muchas otras, no era más que una artista en un escenario interpretando un papel que, cuando cayeron las máscaras, se denotó soez, vulgar y tan común como cualquier mirador donde las parejas hacen fotos y promesas que probablemente no cumplan, son hermosos sí, pero cualquier puede usarlos.

Llevo desde Abril, quizás un poco antes a un ritmo frenético de procesos internos acompañados de actividad externa y una escasez de sueño que solo recordaba de aquel verano en el que estuve trabajando en la oficina de Villanueva del Ariscal de 07:00 a 15:00 para aquella subcontrata que no era demasiado legal.

Esa imposibilidad inicial de dormir por una bajada interna, que me tenía en una incógnita (resuelta 3 párrafos más arriba) de ansiedad, que por mucho té rojo con miel que tomase, por mucho que intentase hacer arrancar al sistema, forzar la maquinaria, el único resultado que daba era un bonito error 404 en pantalla, gracias al cual en una noche de luna llena salí a correr como "última" opción y acabé en el hospital xD

Gracias a los dioses dicha incógnita se despejo, fuese cual fuese el resultado, ya no importa realmente, era una incógnita menos a despejar, un dato menos que tener en la cabeza, solo quedaba seguir adelante y de qué forma.

Sin el lastre emocional que tiraba de mi hacia abajo parece que mi cuerpo hubiese reaccionado como si tuviese una bombona de óxido nitroso y en lugar de consumir oxigeno mi sistema se alimentase de la combustión de gasolina y aire.

Es en este estado de agitación y desenfreno, donde el vivir se convierte en un "ansia" donde las horas de sueño están valoradas en exceso y prefieres seguir estudiando, trabajando, hablando, conociendo, descubriendo, haciendo deporte, a apagar el sistema durante unas horas.

El cuerpo se retroalimenta con lo que le das, siendo en este caso un chute de energía positiva y sensación mental de bienestar que parecía (y parezco a veces) colocado de algún tipo de "endorfina" sintética, porque la jodida sonrisa no se me quitaba de la cara.

El problema radica en cuando te "pasas" los datos comienzan a entrar en tu cabeza y a mezclarse en una "sopa de datos" que esperas sean absorbidos correctamente cuando consigas descansar lo suficiente.

El nivel de bienestar interno rozaba cotas épicas, teniendo unas cuantas tareas pendientes, como cerrar libros (tenía la mesa llena de ellos y aún hay un par de ellos que me siguen esquivando) o hacer algo de limpieza en mi habitación antes de que parezca el cubil de un Troll Oscuro en lugar de la habitación de un Troll Luminoso (véase Changuelling), pero estaba como no había estado años, al 70-75% de mi yo, sin boosters, sin plugguins, sin añadidos ni conservantes, evidentemente aun me quedaba para poder brillar con luz propia como aquel verano, pero no íbamos mal.

Recordemos que había decidido (aunque en algunas ocasiones pese) reprimir y eliminar el sentimiento de Odio que durante años me había comido por dentro, pasando a un Hakuna Matata como me enseño mi Hermano Tigre que decían en África (un abrazo si lees esto desde China Dan) ante cosas por las cuales no se podía hacer nada al respecto, tomándome esta vida que vivo como diría El Comediante "tomate la vida como una broma, a fin de cuentas no saldrás vivo de ella", aceptando, riendo y apreciando las cosas buenas, observando, esquivando y capoteando las malas, estaba de puta madre, retroalimentado y toda la mierda que me llovía (y llueve) me la resbala lo suficiente como para que no sea un lastre y pueda seguir adelante sonriendo, ya implementaré el sistema de repeler mierda cuando pase del 90%.

Y en mitad de ese estado de "subidón", de tener unas ganas de fiesta que no son normales, de no querer parar, de querer ver amanecer después de una noche entera sin dormir conociendo gente, bailando, disfrutando, lavarte la cara y acudir a clase, apareces.


Tras una tarde volviendo a la "vieja" y "cómoda" tarea de "superhéroe", me encuentro entrando por las puertas de un bar donde unos meses atrás no me sentí demasiado bien recibido, pero esa noche me importaban tres leches quien hubiese dentro o cuan desagradable fuese el camarero desatendiendo mis peticiones de bebida o haciéndome sentir como un cliente desconocido en lugar de ser un parroquiano.



Esa noche podrían haber una convención de aquellas estrellas fugaces que habían pasado por mi vida tras aquellas puertas, que me la habría enterrado en nieve, quizás habría soltado un "chicas, que menos que me invitéis a una cerveza entre todas ¿no?" o un "vais a hacer una porra común para mandar a alguien con las pelotas que no han tenido algunos de los que os habéis estado tirando a rematar por fuera la faena que hicisteis por dentro?"


Abro las puertas y de espaldas a las mismas veo a alguien alta con un vestido blanco que le llega hasta los tobillos.

Esa noche estoy sociable, me apetece una buena charla, una conversación interesante con alguien que sea capaz de aportar algo nuevo, un soplo de aire fresco, además hay algo en ella que me gusta, aún desde la puerta no sé qué es, alzo la mirada y me encuentro con que frente a ella hay otra chica y cruzamos miradas de esas de mirar que no de ver.


Dos pasos, entro en el bar, ella huele a ... "olvídalo Manué, recuerda que pasó la última vez que dejaste que el olfato te guiase, te equivocaste y pasaste los siguientes seis meses siendo troleado" me digo a mi mismo, así que analizo el resto del entorno, conocidos, colegas, el dueño del garito, bien, nada nuevo excepto ella y la chica que se sienta delante.


Una pena, tendré que sentarme con mis colegas muy a mi pesar (irónicamente por supuesto, son mogollón de años los que hace que conocía a uno y el otro me cae muy bien), hasta aquí el planteamiento de la noche viene siendo el mismo, a pesar de que la sensación en las tripas que con cada paso que doy hacia el banco al lado de la barra que queda libre me insta a acercarme a esa desconocida, soy realista, “cervecita y de vuelta a casa que andas por el 30% de batería interna y mañana tienes clase” dice mi sentido común.


Cuando me siento y saludo a mis colegas y ella se gira, escucho un portazo dentro de mi cabeza, mi sentido común ha dejado una nota “Tengo sueño, te espero en casa”, me siento como el protagonista de “La Boda Roja” cuando vio por primera vez a la causante del desenlace de la misma, es preciosa y cuando se levanta, el generador automático de comentarios chorras no puede soltar nada mejor que un “hay más de donde viene esta?”, muy bien Manué, así se entra en escena.



Horas de charla más tarde y tras una confusión inicial (que espero que haya quedado saldada) vamos a cerrar el segundo bar de la noche.



Desconozco la clase de desalmado que deja a alguien SOL@ el día de su cumpleaños, teniendo un mínimo de relación interpersonal con el/la, pero chico, te lo agradezco sobremanera.



Un par de horas más tarde y satisfecho de haber conocido a alguien tan atractiva por dentro como por fuera para mi gusto, me dispongo a despedirme de ella como mandan los cánones, con dos castos besos, uno por mejilla, a pesar de escuchar ese ronroneo interno que me instaba a acercarme un poco más, a jugar con las miradas, con las sonrisas a media cara, con los susurros y las modulaciones de voz…

Quizás el Sábado, quizás en otro momento, o quizás no sucediese nunca, pensé, creía haber encontrado a alguien muy similar, no pensaba estropearlo por tratar de besarla mientras salía el sol.


Quizás ella no pensara igual, dos respiraciones, tres movimientos cardíacos (imaginando que mi bradicárdico motor mueve 1,5 veces por respiración), 4 parpadeos… un beso, de sus labios saltaron chispas hacia los míos, me vi bebiendo de unos labios que eran agua para la boca del sediento en cortos e intensos besos, cerrando los ojos e inhalando el perfume de su piel y su pelo por debajo del humo de cigarrillos y el olor a esencia de vainilla, como encantado por sus labios tardé unos segundos en ser consciente de que sus labios ya no estaban en contacto con los míos pero la sensación seguía allí.



Abrí los ojos, miré a los suyos, estos me sonrieron al igual que su boca “así si” dije, la sonrisa se hizo más pronunciada.



El siguiente beso parecía que alguien te había dicho como tenías que hacerlo, como tenías que pasar tus manos por mi cara, por mi nuca y por mi cuello para suavemente llevarme a entregarme en un beso que guardo en uno de los mejores tarros de vidrio que puedo tener.



Casualmente (o quizás no, a saber lo que tiene el Ka preparado para mi) tenemos personas en común, bastantes, y al parecer no todas me tienen en estima, aunque supongo que como diría aquello “si hay gente que te crítica y te pone a caldo, es que algo debes estar haciendo bien”.



No tengo ni idea de hacia dónde ni como me llevara mi camino contigo, pero sé que cuanto más hablamos, desde mi punto de vista, más nos parecemos, con la salvedad de que yo en algunos campos estoy algo más loco y no me importa correr riesgos, quizás sea un poco masoquista incluso, pero opino que como diría Ragnar Blackdragon (mi mítico bárbaro de AD&D 2º edición) “Sin riesgo no hay honor”.



Pensar en verde, en que todo va a salir a pedir de boca, en que mataremos monstruos juntos, los tuyos, los míos, que acabaremos con la parte de carnaval veneciano que nos azota, que pasaremos tus maldiciones y las mías cogidos de la mano, frente contra frente, con los ojos cerrados y respirando el mismo aire que el otro, sintiendo el calor a la distancia justa para casi tocarnos… la respuesta o el destino que corramos solo depende de tres factores, uno eres tú, otro soy yo y el tercero… nena, el tercero es el tiempo que ambos, tu y yo necesitamos para ver que lo que tenemos delante es real y no otro teatro, otra pantomima, otra actuación barata de alguien que quiere exprimirnos como si fuésemos una media naranja de zumo, para dejar solo la cáscara en la basura junto con tantas otras, no nena, no merecemos ser tratados con tanta vulgaridad como hemos sido tratados y desechados.



Pero eso, es pasado y ya no importa.



Y con vuestro permiso querid@s lectore/as esta entrada se la dedico a ella.



Tatiana, tuyo,




M.