lunes, 10 de enero de 2011

Ella

Te he buscado en cada beso, en cada abrazo, en cada caricia...

He esperado encontrar tus palabras, tus gestos, tus reacciones, tu calor, tu voz, tu risa...

He errado infinitas veces en mi camino hasta ahora, creyendo merecedoras de lo Tuyo a otras personas.

Incluso he llegado a cerrar esas "habitaciones" de mi interior que eran para ti, cuando creí que no aparecerías, cuando abandoné la esperanza de encontrarte...

Te he buscado de forma racional, proyectando y calculando vectorialmente lineas de futuro con las distintas personas que han pasado por mi vida.

Te he buscado de forma emotiva, ligándome emocionalmente y sufriendo en mayor o menor medida cada vez que una estrella fugaz se apagaba, pues el amor tarde o temprano se convierte en dolor, o al menos eso decían.

Te he buscado de la forma mas instintiva, animal y primitiva, esperando que el choque de la carne y de la respiración exhalada me abriese alguna de las puertas cerradas que daban contigo.

Pero así no te encontré.

Te busqué en la redención, en la expiación, en la penitencia y en los votos de espera y meditación.

Tampoco te encontré.

Aprendí mucho de mi mismo en todo este camino mientras te buscaba y en mis proyecciones pasaban como variables en una ecuación numerosas incógnitas que eran despejadas como tales, al realizar una derivación para simplificar la misma.

Parafraseandome a mi mismo en los inicios de este blog "ese híbrido perfecto entre madre, compañera, niña, guerrera, fogosa amante, bohemia soñadora y seductora", tenía fe, pero realmente dudaba el poder encontrarte.

Como quien persigue un unicornio y ha dedicado parte de su vida a buscarlo, aún sabiendo que es altamente improbable que exista una mutación genética que provoque que un corcel blanco genere una protuberancia osea en el lucero, pero no cesa de buscarlo.

Los que me rodean, me decían que estaba loco, que alguien como tu no aparecería, demasiadas piezas, demasiadas casualidades, demasiadas características, tendría que hacerte a medida como si fueses un droide, valiente, decidida, directa, sincera... demasiado pedir decían tod@s.

Los que me conocen simplemente me deseaban suerte en encontrarte.

Después de cercenar aquello en lo último en lo que tuve fe, y al grupo de personas que lo formaban, así como la última búsqueda que realicé abriendo mi propia caja de pandora, obviando la profecía traspase las puertas de mi infierno particular, después de tantos años a sus puertas era hora de entrar, abandonando toda esperanza, adelante era el único camino.

Alguien que me conoce desde hace mucho mucho tiempo me dijo que aparecerías antes del final del año pasado, realmente y teniendo en cuenta como se comportó, creí que solo sería una excusa para no cumplir su promesa, ahora le doy las gracias, aunque no se si leerá esto o no, pero si se que dejarán de pitarle los oídos.

Vacié todo mi interior, sin emociones, sin sentimientos, sin amor, sin odio, solo funcionando como perfecta maquinaria engrasada lista para alcanzar las metas propuestas de un universo de destrucción donde no pensaba jugar más el papel de presa sino de depredador.

Algo en algún lugar de la maquinaria universal lanzó un sonoro pitido, Ellos habían anotado un tanto decisivo, después de trabajar con auténticos bastardos pensaba superarlos a todos ellos, algo vacío preparado para generar la cantidad de antimateria que fuese necesaria para sobrevivir en un universo donde la supervivencia es algo ligado al respirar.

Había fracaso en mi objetivo, lo había asumido, aceptado y estaba en la lapida de salida listo para salir, configurado a no recibir ni un golpe más sin llevarme el brazo que pretendiese golpear.

Aunque claro, aquellos que pretendían que fracasase, no contaba con la posibilidad de que cambiase de universo.




Existían múltiples lineas temporales, como una proyección mentat de probabilidades de probabilidades de probabilidades, como ondas dentro de un estanque al caer una piedra, ahora contigo es una linea recta que ambos tomamos, juntos, no es tu futuro, no es el mio, es el nuestro, es aquello que creamos mañana con nuestras acciones de hoy.

Por eso esta entrada va dedicada a ti.

A ti que has tardado años en aparecer, a mi sol, a mi luna y mis estrellas, a la mujer de mi vida que he buscado con avidez.

Podría reprocharte el no haber aparecido antes, pero sería absurdo, ya que entonces no sería la versión de mi mismo que soy.

Para ti va esta entrada, para ti que me aceptas en todas mis formas, en todo el abanico de emociones que puedo ser capaz de desarrollar viniendo del universo del que vengo, a ti que eres capaz de calmarme como hacías con los grandes felinos, a ti que apareciste un día en una grada de un partido de rugby amistoso y no quise que te fueses demasiado lejos, siendo demasiado más de dos metros.

Aislado en mi memoria ese instante, esa mirada directa de ojos purpura, ese rojo intenso en tu pelo, el olor de tu piel, el sonido de tu voz, la textura de tus manos al coger la bolsa, la vibración que provocaste en mi...

Ya no hay variaciones, no hay miedos, no ha dudas, tu y yo, juntos, hacia delante.

Muchos dicen que hay cosas de las que no se puede estar seguros, que no se puede predecir el futuro, sin embargo, a esos mismos que me decían que tampoco podría encontrarte, les digo que se equivocan.

El futuro que soñamos hoy, mañana será realidad.

Ahora que todo está bien, nada malo puede ocurrir y si ocurre, solo tenemos que estar juntos.

Tan solo puedo sentir lástima de quien intente ponerse en mitad de nuestro camino.

Por y para ti mi amor.

Y aunque acabo con el formalismo que tenía Vlad Dracul en la película de Coppola normalmente hoy para ti no es ningún formalismo, ya que esta entrada es para tus ojos y para aquell@s que quieran ver o intentar ver, lo que intento vanamente describir con palabras, el sentimiento que de forma fútil intento escribir.


Tuyo.




M.