Cuando jugamos como niños a tantear múltiples caminos podemos permitirnos el abandonar caminos, rutas, decisiones, personas, carreras, filosofias.
El permitirnos ser usados como muñecos y titeres, el entregar piezas de nosotros mismos para que nos las devuelvan rotas y sucias para descambiarlas porque están estropeadas.
El estadío del ser humano en el que cada uno se encuentra le permite permitir al entorno ciertas cosas por ser lo que se debe hacer en cada momento, a pesar de creer estar rompiendo las reglas.
Hasta que por casualidad, cabezoneria, los caminos de Ka o simplemente porque Dios nos da una segunda oportunidad reencontramos el camino que habiamos perdido hacia mucho mucho tiempo, traspasamos uno tras otro los circulos de luz como en un acelerador de particulas, cada circulo que pasamos se lleva un trozo de algo como parte del chiminaje, como parte del pago por pasar a través de ellos, el precio que cada cual quiere pagar es lo que lleva a cada uno a ser de una forma o de otra.
Volver a las raices, algo que creia imposible, algo que algunas personas me decian que no se podia hacer, personas distintas que las que me negaban la posibilidad de donde ahora estoy, volver a las raices y encontrar aquel traje que estaba hecho a medida, aquel traje que gustoso intento llenar ahora, aquellas decisiones que no tomé y ahora (aunque para algunas cosas no hay vuelta atrás) estoy tomando.
Los sueños no desaparecieron, solo se disfrazaron, ahora todo es mucho más claro y más facil de luchar por ellos, que no menos arduo.
Mi precio ha sido facil de pagar, vicios, adicciones, lastres, perdidas de ATP y trás pasar el último circulo de luz, caí de rodillas, me volví hacia atrás y vomité algo parecido al crudo que alimenta las refinerias, pero saliendo de mi interior, no del estomago, sino de la base misma de mi propia alma.
Inicié este blog hace casi tres años cuando comencé a limpiar el exterior, a salir de ese sudario que me rodeaba, la mayor oscuridad no estaba fuera sino dentro, allí donde solo uno mismo puede mirar.
Miro hacia atrás y veo errores, una cadena de ellos por querer actuar de forma rapida y contundente, por vivir como un impetuoso Berserker.
Ahora, gracias a una combinación múltiple de factores entre los que están aquellas personas con las que "vivo" en la Universidad, he activado los repulsores y aunque ha sido un poco tarde para mis pretensiones académicas de Junio, he aprendido muchisimo más en muchos otros campos.
He abandonado batallas, dejado camaradas en posiciones seguras, desechado equipo y caminado solo hacia mi propia ascensión, caminando por un mar de llamas y manteniendo la vista al frente, evitado sucumbir al humedo y calido abrazo que me negaba a rechazar, he pulido al chorro de arena mi alma por dentro y por fuera, estoy cuidando del único cuerpo que poseo (de momento) por dentro y por fuera, estoy sacando materiales radioactivos de mi unidad de proceso central y metiendo procesos lógicos y programas nuevos de compresión física, matemática y humana.
Y después de todo ese proceso abrasivo y doloroso en algunos casos, le he dado una capa del bálsamo de un sueño, de una intención, de una espera, de un encantamiento, de esa magia que existe cuando miras a las estrellas y piensas que son las mismas que arropan su cielo.
Y se que puedo mantenerme aquí, pero no solo eso, sino seguir ascendiendo, seguir evolucionando, batir unas alas que no tengo hacia arriba, hacia ese sueño que hace años quienes me rodeaban me decían que eran delirios de grandeza.
Si me importasen lo más minimo les demostraría donde estoy, pero tengo otras cosas que demostrar a personas que realmente si me importan y no por su odio/envidia.
Sólo existe un final para cada camino que tomamos y ese es el éxito.
Abandonar un camino solo implica que has encontrado otro mejor, o demostrar tu estupidez ante las inclemencias del mismo, "venimos a esta vida a sufrir" dicen los Budistas, claro que si, pero solo mientras llegamos a los puntos de inflexión en los que se nos permiten respiros para calmar con un bálsamo del alma lo que hemos vivido, una vez agotado dicho bálsamo, hay que seguir adelante, siempre adelante.
Un saludo.
Vuestro.
M.
El permitirnos ser usados como muñecos y titeres, el entregar piezas de nosotros mismos para que nos las devuelvan rotas y sucias para descambiarlas porque están estropeadas.
El estadío del ser humano en el que cada uno se encuentra le permite permitir al entorno ciertas cosas por ser lo que se debe hacer en cada momento, a pesar de creer estar rompiendo las reglas.
Hasta que por casualidad, cabezoneria, los caminos de Ka o simplemente porque Dios nos da una segunda oportunidad reencontramos el camino que habiamos perdido hacia mucho mucho tiempo, traspasamos uno tras otro los circulos de luz como en un acelerador de particulas, cada circulo que pasamos se lleva un trozo de algo como parte del chiminaje, como parte del pago por pasar a través de ellos, el precio que cada cual quiere pagar es lo que lleva a cada uno a ser de una forma o de otra.
Volver a las raices, algo que creia imposible, algo que algunas personas me decian que no se podia hacer, personas distintas que las que me negaban la posibilidad de donde ahora estoy, volver a las raices y encontrar aquel traje que estaba hecho a medida, aquel traje que gustoso intento llenar ahora, aquellas decisiones que no tomé y ahora (aunque para algunas cosas no hay vuelta atrás) estoy tomando.
Los sueños no desaparecieron, solo se disfrazaron, ahora todo es mucho más claro y más facil de luchar por ellos, que no menos arduo.
Mi precio ha sido facil de pagar, vicios, adicciones, lastres, perdidas de ATP y trás pasar el último circulo de luz, caí de rodillas, me volví hacia atrás y vomité algo parecido al crudo que alimenta las refinerias, pero saliendo de mi interior, no del estomago, sino de la base misma de mi propia alma.
Inicié este blog hace casi tres años cuando comencé a limpiar el exterior, a salir de ese sudario que me rodeaba, la mayor oscuridad no estaba fuera sino dentro, allí donde solo uno mismo puede mirar.
Miro hacia atrás y veo errores, una cadena de ellos por querer actuar de forma rapida y contundente, por vivir como un impetuoso Berserker.
Ahora, gracias a una combinación múltiple de factores entre los que están aquellas personas con las que "vivo" en la Universidad, he activado los repulsores y aunque ha sido un poco tarde para mis pretensiones académicas de Junio, he aprendido muchisimo más en muchos otros campos.
He abandonado batallas, dejado camaradas en posiciones seguras, desechado equipo y caminado solo hacia mi propia ascensión, caminando por un mar de llamas y manteniendo la vista al frente, evitado sucumbir al humedo y calido abrazo que me negaba a rechazar, he pulido al chorro de arena mi alma por dentro y por fuera, estoy cuidando del único cuerpo que poseo (de momento) por dentro y por fuera, estoy sacando materiales radioactivos de mi unidad de proceso central y metiendo procesos lógicos y programas nuevos de compresión física, matemática y humana.
Y después de todo ese proceso abrasivo y doloroso en algunos casos, le he dado una capa del bálsamo de un sueño, de una intención, de una espera, de un encantamiento, de esa magia que existe cuando miras a las estrellas y piensas que son las mismas que arropan su cielo.
Y se que puedo mantenerme aquí, pero no solo eso, sino seguir ascendiendo, seguir evolucionando, batir unas alas que no tengo hacia arriba, hacia ese sueño que hace años quienes me rodeaban me decían que eran delirios de grandeza.
Si me importasen lo más minimo les demostraría donde estoy, pero tengo otras cosas que demostrar a personas que realmente si me importan y no por su odio/envidia.
Sólo existe un final para cada camino que tomamos y ese es el éxito.
Abandonar un camino solo implica que has encontrado otro mejor, o demostrar tu estupidez ante las inclemencias del mismo, "venimos a esta vida a sufrir" dicen los Budistas, claro que si, pero solo mientras llegamos a los puntos de inflexión en los que se nos permiten respiros para calmar con un bálsamo del alma lo que hemos vivido, una vez agotado dicho bálsamo, hay que seguir adelante, siempre adelante.
Un saludo.
Vuestro.
M.